El susurro denota un ruido lÃmite, un ruido imposible, el ruido de lo que, por funcionar a la perfección, no produce ruido; susurrar es dejar oÃr la misma evaporación del ruido: lo tenue, lo confuso, lo estremecido se reciben como signos de la anulación sonora. Y en cuanto a la lengua, ¿ìede susurrar? Como palabra parece ser que sigue condenada al farfulleo; como escritura, al silencio y a la distinción de los signos: de todas maneras siempre quea demasiado sentido para que el lenguaje logre el placer que serÃa el propio de su materia. Pero lo imposible no es inconcebible: el susurro de la lengua constituye una utopÃa. ¿Qué clase de utopÃa? La de una música del sentido. La lengua, susurrante, confiada al significante en un inaudito movimiento, desconocido por nuestros discursos racionales, no por ello abandonarÃa un horizonte de sentido: el sentido, indiviso, impenetrable, innominable, estarÃa, sin embargo, colocado a lo lejos, como un espejismo el punto de fuga del placer. Es el estremecimiento del sentido lo que interrogo al escuchar el susurro del lenguaje, de ese lenguaje que es, para mÃ, hombre moderno, mi Naturaleza.
Detalles
- Editorial: PAIDOS
- Año de edición: 2022
- Materia Lingüística
- ISBN: 9788449338045
- Páginas: 432
- Encuadernación: RUSTICA