Al hablar de su infancia, José tiene que recurrir a su memoria y sabe que ésta lo traiciona, pues recuerda muchas cosas de manera inexacta y otras ya las olvidó. Pero le gustaría concluir, al finalizar estos recuerdos atropellados, que la memoria puede ser una aliada de la vida. José sabe que todo relato autobiográfico es un montón de mentiras: el autor le miente al lector y se miente a sí mismo. Sin embargo, si aquí José ha olvidado algunas cosas, hizo un esfuerzo para no inventar nada. José cita a Proust: "el recuerdo de las cosas pasadas no es necesariamente el recuerdo de las cosas tal y como sucedieron".

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