¿Quién podrÃa imaginar que Jesús enseñaba a los hombres a ser felices? Para Jesús, ser feliz no consistÃa en estar alegre siempre, pero sà reinventarse en el dolor; no era mantenerse inmune ante las frustraciones, sino gestionar sus pensamientos; no era evitar crisis, sino escribir los capÃtulos más importantes de la vida en los momentos más difÃciles de su historia. La gran mayorÃa de la gente ha fallado en encontrar la felicidad. Los ricos han querido comprarla con su dinero, las celebridades intentaron seducirla con su fama, los militares quisieron dominarla con sus armas, pero ella les gritó: "No estoy a la venta, me interesan las cosas simples y anónimas y soy indomable." Marco Polo poco a poco descubrirá que él mismo, las ciencias y las religiones, se equivocaron dramáticamente al no haber estudiado a Jesús en términos cientÃficos.