La trata de personas constituye uno de los delitos más graves y crueles del mundo contemporáneo. Con diversos disfraces está presente en nuestro país: por ello es necesario difundir las formas de operación de los tratantes y acercar a la población, la tragedia de las víctimas. Sociedad y gobierno, en un esfuerzo sin precedente, tendrán que trabajar de la mano para lograr que, de una vez y para siempre, la explotación sexual y laboral sea erradicada en México, y que el Estado garantice la plena libertad de connacionales y de toda persona que pise el territorio nacional.