Existe un cuadro de Goya que, desde su ejecución, ha permanecido casi olvidado, sin apenas suscitar comentarios. Los críticos lo incluían en los catálogos de forma rutinaria, sin preguntarse si habría razones estéticas, históricas o políticas que permitieran interpretarlo, asignándole un mayor valor específico dentro de la producción del pintor. Y así, sin despertar sospechas de que pudiera albergar mérito alguno, esta pintura ha ido arrastrando malentendidos sobre su origen y significado. Peregrinó por países y colecciones, sin contar ni siquiera con un titulo preciso. No hubo, pues, predisposición ni sensibilidad para prestarle atención hasta que, en el último tercio del siglo pasado, algunos estudios empezaron a enfocar esta obra -actualmente en el Museo Nacional de Estocolmo- desde otra perspectiva. Se propusieron nuevas lecturas que rompían con inercias anteriores y la situaban dentro de la serie de manifestaciones artísticas con las que Goya -en los años inmediatos a la adopción en Cádiz del texto constitucional de 1812- quiso mostrar el deseo e ilusión que le despertaban las medidas políticas emprendidas. Este libro recoge la información que este lienzo ha generado, con el fin de promoverlo como la pieza más valiosa y expresiva entre los testimonios pictóricos del Goya liberal. Porque el potencial de esta pintura siempre estuvo ahí, latente; sólo faltó la voluntad de propiciar otra interpretación y, por tanto, de sugerir un incentivo distinto para contemplarla. Quizás, ahora, ya se reúnan las condiciones para que puedan beneficiarse de esta nueva forma de mirar, el propio cuadro, la memoria artística de la España liberal y la biografía del pintor.