Al servicio de la música, de Eusebio Ruvalcaba, es un título pero también un manifiesto de vida. Se trata de un libro de cuentos cuyo tema es la música como pasión y conocimiento. Alternan en él dos clases de textos: aquéllos donde el autor se vale de figuras históricas en momentos decisivos de su existencia, para ofrecernos retratos vigorosos y de cuidadosa reconstrucción de época. Y hay los otros textos, poblados por personajes que viven por y para la música -nunca de ella-, como ejecutantes, compositores o iniciados escuchas. Hijo del violinista Higinio Ruvalcaba, Eusebio no sólo lleva la música en las venas sino que se ha afanado en estudiarla y difundirla. Tras cada línea de estos cuentos hay una profunda y asimilada erudición, pero también un sabio conocimiento de la criatura humana enfrentada a sus pasiones, y que, en la música, inevitablemente halla su redención. El brío narrativo de Ruvalcaba, su cruda honestidad y la altura que caracteriza otros libros de su autoría -en los géneros de ensayo, novel y poesía- hacen de cada uno de sus textos piezas a punto de estallar en la nota sublime o en el puñetazo.