En las novelas de Dickens, la recreación de la época, la observación y los elementos autobiográficos, son documentos críticos que revelan las múltiples formas de opresión que se practicaban en su sociedad y en el mundo sujeto al modelo capitalista británico, por lo que sus obras tuvieron un arraigo popular inusitado. Ello en parte por el sentimentalismo explícito en una trama asequible al gran público, en parte por tocar la sensibilidad de los desposeídos, y en buena parte por la forma de distribución, a manera de "entregas" en los periódicos británicos y americanos, con lo que las historias iban siendo contadas poco a poco a través de medios masivos y baratos, lo que permitió que llegaran a las grandes masas, creándose así un modelo de acceso popular a la literatura que llegó a practicarse ampliamente durante el siglo XIX y principios del XX. De esta manera fue publicada en una primera instancia la novela que aquí presentamos: Almacén de antigüedades, cuyo éxito editorial fue rotundo, impactando la sensibilidad del gran público, tanto en Inglaterra como en los Estados Unidos, en principio por el drama humano lleno de emotividad que se desenvuelve en la trama, pero también por la técnica narrativa, en la que se maneja un sentido de la expectativa que atrapa al lector desde la primera hasta la última página.

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