Alexander es habitante de una metrópoli perfecta ahí sus ciudadanos no necesitan el hacer el menor esfuerzo. El destinó-planeado específicamente para cada uno, no hay dudas porque no hay decisiones... todo está dicho. En un intento por ayudar a la sociedad que lo mantiene, Alexander vive una serie de hechos extraños que lo despiertan de esa cotidianidad perfecta y llena dé-seguridad; se da cuenta de que tiene emociones y que no disfruta de la vida, pues no hay pasión en la perfección.

Detalles