El señor Earnshaw llega un día a su finca en los páramos, Cumbres Borrascosas, con Heathcliff, un niño abandonado, para criarlo junto a sus propios hijos, Catherine y Hindley. Al principio el recién llegado es recibido con desconfianza, pero muy pronto Catherine establece con Heathcliff una conexión especial, que provoca que Hindley lo deteste aún más. Éste es el principio de una de las historias de amor y de ira más importantes de la literatura universal, que Tres Hermanas ofrece a sus lectores en una nueva espléndida traducción de Amelia Pérez de Villar, ilustrada por Fernando Vicente, cuyas imágenes, sin duda, contribuyen a descubrir en este clásico significados nuevos. Más que nunca, una obra maestra. Él lo es todo para mí. Si no quedara nada ni nadie más que él, yo seguiría existiendo; pero si todo lo demás quedara y él desapareciera, el universo se convertiría en algo completamente ajeno a mí, de tal suerte que no me sentiría parte de él. Mi amor por Linton es como el follaje de un bosque: el tiempo lo hará variar, qué dudad cabe, como el invierno hace que cambien los árboles. Mi amor por Heathcliff es, sin embargo, como las rocas eternas que nos sustentan: no son una fuente de gozo que tengamos a la vista, pero no podemos prescindir de ellas.