El dibujo de retrato requiere una gran capacidad de atención, un dibujo certero, destreza y mucha paciencia. Es evidente que el éxito de un buen retrato depende de lograr el parecido con el modelo, pero a ello también contribuye la interpretación, el dotar a la representación de carácter para que no se reduzca a una simple mímesis fisionómica. Para conseguirlo, hay que abandonar la estricta visión anatómica de la cabeza y dejarse llevar por la frescura, la espontaneidad y lo sorprendente. Este libro, además de ofrecer las pautas para conocer bien la teoría del dibujo, presenta múltiples posibilidades de interpretación del modelo a fin de que la imagen final sea más atractiva. Esta obra contiene en realidad aumentada 100 fotos de modelos, algunos de ellos con una rotación de 360°. Esto permite al artista continuar practicando el dibujo de retrato con variantes de luz y puntos de vista que ofrecen una visión distinta del rostro a las poses desarrolladas en los paso a pasos.