El que Elba Esther Gordillo Morales haya regido por más de veinte años los destinos del SNTE, es una polémica que sigue enredada en los enigmas. No pocos profesores han creado una leyenda en los espejismos de la lengua y casi la miran como salvadora del magisterio. Otros la consideran el duende que Salinas de Gortari sacó de las alcantarillas para transar y controlar a los maestros disidentes. No pocos insisten en que sin Ios votos del magisterio que la maestra aún controla, el PRI no ganará las elecciones presidenciales de 2018. Y que negoció con el Gobierno irse a su lujoso penthouse cambio de operar a favor del candidato presidencial del PRI, José Antonio Meade. Sin embargo, su gente más cercana, paralelamente, maniobra a favor de Andrés Manuel López Obrador, en venganza a su encarcelamiento ordenado por el presidente Peña Nieto. Sus críticos -agrupados en torno al dinero del magisterio- vociferan que la chiapaneca se fue a la cárcel por las escandalosas corruptelas sobre las que construyó su imperio; porque hizo del SNTE no sólo el mayor lastre para la educación pública, sino el mayor centro de corrupción. Sin embargo, uno de sus presuntos cómplices y tal vez el principal, Juan Díaz de la Torre, su sucesor, sigue tan campante y fresco, como si él -durante años- no hubiera firmado los cheques que a ella llevaron a prisión, y juntos dispusieron del dinero de los maestros. En sus manos, amable lector, tiene una historia de poder, traiciones, mentiras, ambición y asesinatos. ¡Conózcala!