El Estado de Flujos de Efectivo es uno de los estados financieros más importantes en la Administración de un negocio, ya que en él se puede analizar la forma en que se han administrado los recursos. En algunos negocios pequeños es común que cuando se le muestran al dueño los estados financieros, en el Estado de Resultados se informa sobre la utilidad o pérdida del negocio; si fue utilidad normalmente lo relaciona con la cuenta de bancos. La primera disyuntiva que surge es cómo explicar de manera sencilla que el resultado del periodo es lo que el negocio generó durante el ejercicio, de modo que relacionarlo con la cuenta de bancos no es tan "lógico" como se supondría. En contraparte, para el empresario es tan fácil decir "si gané X cantidad de pesos, ¿por qué tengo tan pocos en la chequera?" Este tipo de preguntas dan nacimiento al análisis financiero, el cual tiene como finalidad explicar cómo ha sido la trayectoria de una actividad, y sobre todo diagnosticar los riesgos en que se pueden incurrir, o ayudar a la administración a mejorar su operación. Con la finalidad de unificar la profesión se emitieron las Normas de Información Financiera (NIF), las cuales pretenden dar los criterios a seguir en ciertos tópicos contables, y uno de ellos es el relativo a la elaboración del Estado de Flujos de Efectivo (NIF B2). Norma que es obligatoria a partir del ejercicio de 2008, para aquellas entidades que emiten estados financieros pero su aplicación sigue siendo compleja, ya que en el cierre de ejercicio, los profesionales de la contaduría ocupan semanas tratando de cuadrarlo, y en ocasiones no lo consiguen. La presente obra está enfocada a facilitar al usuario que elabora estados financieros y a obtener sin complicaciones dicho Estado de Flujos de Efectivo desde un enfoque lógico y simplificado.