Con el fin de la Primera Guerra Mundial, ya octogenaria, Violette Ailhaud decide narrar un increíble acontecimiento que vivió en primera persona en su pequeño pueblo en la Alta Provenza. En 1852, cuando Violette solo tiene 17 años, los hombres de su aldea, declaradamente republicanos y por tanto hostiles a Luis Napoleón Bonaparte, vuelven arrestados o deportados y quien trata de huir (como el prometido de Violette) encuentra la muerte. Pasados dos años, el pueblo es conducido solo por mujeres y ya no se ven hombres: ni ladrones, ni autoridades y tampoco curas. Ya agotadas por el cansancio y por la falta de amor, las mujeres estipulan un pacto entre ellas. El primer hombre que aparezca en el horizonte, habrá que compartirlo, para poder lograr dar de nuevo vida a la aldea.