Saúl Yurkievich bucea en cuanto recodo del mundo su mente imagina, y nos hace visitar ciudades abandonadas, donde sólo las estatuas perviven o una fúlgida figura las anima. Libro pendular, ofrece una realidad que oscila cuando el ilusionista hace y deshace un mundo poblado de seres y de música que su varita mágica evapora, dejándonos en la penumbra. "Toda palabra es provisoria estratagema", nos dice Yurkievich, y su palabra teje y entreteje a través de estas vicisitudes que nos cuenta entre sueño, ensueño y realidad, cómo estar en el mundo pero sin poder abarcarlo. Veremos a Ensor rememorando retazos de un pasado que no logra hilvanar, mundo que se desdibuja; a Kant paseando tranquilamente con su perro, atravesando el pueblo mientras discurre sobre las condiciones que hacen la experiencia posible.