Contrariamente a lo que se piensa, el Derecho Canónico concede una amplia facultad de autodeterminación al cristiano fiel y, por lo tanto, el ejercicio de la libertad de conciencia frente a la norma canónica. Sin embargo, la opinión prevaleciente es que dicha libertad no existe, por que la conciencia está vinculada al depósito de la fe, al magisterio y a la Ley Canónica. Una de las causas principales se esta apreciación equivocada se encuentra en el significado que la cultura actual ha dado al término "libertad", pues ya no se trata de una libertad que es adhesión a la verdad, sino de una libertad absoluta que busca una autonomía total frente a cualquier autoridad externa: eclesiástica o secular, ley positiva o precepto moral, que vaya en contra del dictamen de la propia conciencia. De esta manera, la "libertad de conciencia" se convierte en una subjetiva "libertad de elección". Esto ocasiona que se interprete subjetivamente cualquier norma o ley y se conceda hacer lo que se quiera mientras nuestra conciencia lo apruebe. Por ese camino se desacredita la autoridad, la ley y se comienza a vivir en la anarquía. En esta obra se hace un análisis descriptivo y valorativo de la conciencia, identificando su naturaleza, sus elementos y las relaciones entre ellos, con la finalidad de resaltar la importancia que tiene su rectitud y su valor moral en la vida del hombre. Asimismo, se identifican las características de la "libertad de conciencia" en el ámbito eclesial, reconociendo sus diferencias en relación con el derecho humano, y se le estudia frente a la ley canónica positiva.

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