Había momentos, mientras te escuchaba, en los que casi podía recordar esas otras vidas de las que me hablabas con tanta certeza. Despiadadas, alucinantes, cada una de ellas era la variante de una misma situación que, al igual que el tema de una sinfonía, se repetía una y otra vez a lo largo del tiempo. La angustia de encontrarse atrapado en un instante que no tiene fin. Tal vez no te perdiste allá afuera sino adentra No quiero que desaparezcas por completa Prefiero que sigas rondando en la periferia de mi mente a tener que aceptar que te he perdido en medio de la nada.

Detalles