Los autores de este libro, en su mayoría pertenecientes a la última generación de zambrianos, por llamarle de alguna manera, aunque también los hay de la anterior, cumplen cabalmente con la concepción de la propia Zambrano de que pensar una generación consiste en que, una vez definida ésta, se caracterice por se entendida como una mezcla de alegría y sobresalto con melancolía y tristeza, un entrecruzamiento entre el tiempo histórico y lo que ella llama tiempo doméstico, ruptura de la unidad temporal concebida por la mayor parte del pensamiento occidental, reformulándose, de esta manera, la existencia vital concreta de los individuos y las personas que la pueblan, así como también la vida social y, por lo tanto, la historia de una cultura determinada, como puede ser nuestra propia cultura. El libro se nutre de contribuciones valiosas y a la vez interesantes, en distintos niveles y claves interpretativas, que dan cuenta, una vez más, por si aún fuera necesario, de la riqueza del pensamiento zambraniano y los alcances tan amplios para dialogar con disciplinas, autores, ámbitos muy distintos de la cultura humana.