En "Rasgos faciales y personalidad. Una Introducción a la Psicología del Rostro" el lector podrá introducirse en el estudio de esta disciplina, aprendiendo a distinguir el significado -en términos de carácter, de actitudes- de los rasgos más o menos marcados que se pueden distinguir en la cara de las personas. Por cierto, para conseguir una descripción acertada del carácter se necesita de práctica, de saber sopesar la importancia y la concordancia de lo que se observa en la configuración facial de alguien. Y escapar del determinismo biológico: la gente tiene potencialidades que puede encauzar de una u otra manera; un carácter impulsivo puede llevar a grandes logros o caer en prácticas imprudentes y hasta antisociales. También una Fisiognomía o Psicología Facial ponderada subraya las tendencias y no condena o ensalza a los individuos por su apariencia. Por último, una Psicología Facial ponderada se asume como una gran herramienta para conocer el temperamento de las personas, actuando en conjunción con otras disciplinas de la conducta humana.