Los campamentos de verano siempre son muy divertidas y un excelente lugar para hacer nuevos amigos. Así fue como conocí a mi amiga Tammy. Yo llevaba una semana campamento cuando llegó Tammy y los monitores me pidieron que fuera su compañera. Primero me alegré mucho, pero cuando me enteré de que tenía síndrome de Down, me puse un poco nerviosa. Nunca antes había conocido a nadie que tuviera síndrome de Down. EL SÍNDROME DE DOWN es una historia de amistad. Cuenta la historia de dos niñas que hicieron muy amigas a pesar de sus diferencias. Ambas aprenden que cada persona es bue haciendo alguna cosa y que ayudándose la una a la otra a superar sus miedos y dificultad pueden lograr lo que se propongan. EL SÍNDROME DE DOWN reconoce la existencia de esa condición en niños y descubre el potencial y la capacidad que tienen todos los niños de llevarse bien a pesar de cualquier obstáculo. Esta historia que nos hace pensar es un paso más en la dirección correcta hacia la eliminación de las barreras existen entre niños que tienen síndrome de Down y los que no.

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