En el Hogar para moribundos en Calcuta con frecuencia la Madre Teresa cuidaba a los residentes a medida que se acercaba su fin. Mientras ella asistía a un hombre sumamente enfermo, un visitante alcanzó a escuchar que le susurraba algunas palabras. Estas pocas palabras encarnan la sabiduría espiritual de la Madre Teresa. Esto es lo que dijo: "Tú di una oración en tu religión, y yo diré una oración como la conozco. Juntos diremos esta oración y será algo hermoso para Dios". Estas dulces palabras de consuelo y cuidado nos permiten vislumbrar a una Madre Teresa que muchas veces hemos pasado por alto: la Madre Teresa como una maestra universal de la oración. El mundo ha admirado a la Madre Teresa que dedicó su vida a cuidar a los más pobres de los pobres en todas partes. Pero sus colaboradores más cercanos sabían que toda actividad externa de cuidado y acción fue la consecuencia natural de su devoción, el desbordamiento de su profunda vida interna. Ellos fueron testigos de que la Madre Teresa dependía de la práctica contemplativa, y reconocieron en ella no sólo a una católica devota, sino también a una gran maestra universal de la oración.

Detalles

Otros libros del autor