Altamirano ha sido considerado el más importante de los escritores americanos del romanticismo tardío, caracterizado por un peculiar nacionalismo que se manifestaba en la rebeldía contra la monarquía padecida durante tres siglos, en la sed por solidificar una libertad apenas lograda y en la necesidad de educar y crear una nueva conciencia, sobre todo entre los sectores mestizos de la población, a los que se entregaba la responsabilidad de construir una patria bajo los designios del liberalismo triunfante.
El Zarco y Clemencia son las novelas más reconocidas tanto del autor como de ese período literario. La primera, escrita en 1888 -publicada en forma póstuma en 1901-, y la segunda en 1869; ambas excelentes recreaciones de la vida en México en el último tercio del siglo XIX.