La rivalidad entre dos toreros -uno veterano y otro joven-, se acrecentará cuando entra en juego el romance que uno de ellos mantiene con la hija del otro. Basado en la novela de Alejandro Pérez Lugin, entran en juego todos los tópicos de la España del momento, véase folklore, toreros y sevillanas. Forma parte de la trilogía que Rafael Gil llevó a cabo en esos años dirigiendo a toreros famosos: El Pireo en esta ocasión, El Litri en El litri y su sombra (1959) y El Cordobés en Chantaje a un torero (1963). Aunque no lo parezca por sus méritos artísticos, Currito de la Cruz conoció tres versiones más dentro del cine español, siempre con el mismo título: en 1925 dirigido por Alejandro Pérez Lugin y Fernando Delgado; en 1935, por Fernando Delgado en solitario; y en 1948, bajo la batuta de Luis Lucia, con Nati Mistral y Jorge Mistral de pareja protagonista.

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