En los tiempos presentes, la administración del Estado es objeto de cambios para sortear los desajustes que provoca, en el ámbito externo, la globalización, la intensificación de los bloques económicos de los países a escala mundial y la crisis financiera internacional recurrente; y en el ámbito interno, los rendimientos decrecientes de la gestión centrada en la planificación con metas incumplidas, intervencionismo económico que induce a los desequilibrios regionales y locales, y el tutelaje y paternalismo que inhibe cualquier intento de participación y genera desigualdad social, con lo que la sociedad contemporánea tiende a estadios de incertidumbre, turbulencia e inseguridad. En este escenario mundial y nacional el Estado democrático de derecho asume nuevas responsabilidades administrativas, en las dimensiones jurídicas e institucionales, para encauzar la magnitud de los desajustes y las exigencias de la sociedad contemporánea. Desde esta perspectiva, la administración del Estado, en la sociedad contemporánea, cede lugar a la nueva gestión pública, a la participación ciudadana en los asuntos públicos, a la rendición de cuentas al ciudadano, a la ética pública para regir la actuación de los gobernantes y administradores públicos y al servicio civil de carrera para contar con servidores públicos aptos y competentes en el desempeño de la función pública. El Estado adopta una nueva visión para administrar la vida social, que tiende a dejar atrás las respuestas de la administración fundadas en las decisiones autoritarias, en la irracionalidad de los recursos públicos y en la ilegalidad, que generan desajustes estructurales, incertidumbre, crisis de gobernabilidad y falsas expectativas de desarrollo, crecimiento y justicia social. El presente volumen trata los principales temas de la nueva visión de la administración en el Estado democrático de derecho que se vive en 11 nuestros días. Los estudios que presentamos elaborados por destacados juristas y especialistas