A más de ocho décadas de haber salido a la luz, este monumento del sentido común y del arte del Derecho se mantiene actual. Contiene vivencias de la práctica profesional de un abogado de enorme cultura jurídica, gran litigante, buen observador de fenómenos sociales y poseedor de un elevado concepto de la justicia; no sólo fue un abogado apasionado, también dedicó gran parte de sus energías a la política y a la historia. El lector encontrará, además de aspectos técnicos del Derecho, los elementos que dan dignidad al ejercicio del mismo, así como valiosas experiencias sobre la importancia de examinar los hechos con precisión y agudeza, y de contar con una formación ética. Se ilustra con casos el profundo respeto que debe observarse por el secreto profesional y por la responsabilidad de quien patrocine una causa jurídica. Todo profesional y todo estudiante del Derecho hará bien en leer este estupendo libro, porque como dice el autor: En otros oficios opera el alma y alguna otra cosa, en cambio, en la abogacía sólo el alma.

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