El movimiento de la lava es en apariencia predecible. A simple vista, cuando ésta avanza lentamente puede calcularse su destino, pero lo que sucede en su interior, en cambio, es completamente ajeno. Se trata de una dicotomía brutal: algo casi estático está colmado de energía. Esa especie de equilibrio es precisamente lo manifiesto en este libro, donde se refrenda que lo evidente siempre está incompleto, y que lo oculto, además, tiene vida propia. Estas páginas están habitadas por una observación secreta emplazada en sitios estratégicos, de tal modo que en esta obra subyace un carácter crítico e irreverente a la vez.