Las manos de Ana se llaman Boa y Brea. Aunque no son animales, se comportan salvajemente, sobre todo cuando Ana nota que el bebé, su hermano de cuatro años, es el centro de atención. Pero, un día, los papeles se intercambian. El bebé hace algunas travesuras y culpa a Boa y Brea. Entonces, Ana decide que es hora de enviar de vacaciones a sus cómplices para poder probar su inocencia.

Detalles