En este libro la autora lleva a cabo un análisis de cómo la violencia incidió no sólo en las prácticas, sino en las vidas de los periodistas de Veracruz y cómo se representó dicha violencia en la prensa durante el sexenio de Javier Duarte de Ochoa, uno de los más corruptos y autoritarios del país. La confluencia de varios factores como son: le emergencia de la guerra contra el narco en los últimos años, el arribo de agentes delincuenciales a Veracruz en mayor cantidad, la llegada al poder de un mandatario con rasgos marcadamente autoritarios, las características poblacionales y territoriales del estado, hacen de Veracruz un sitio único, que no en vano las asociaciones internacionales han llamado el más peligroso para ejercer el periodismo en México. Ahí 20 periodistas fueron asesinados, cinco desaparecieron y más de cien agresiones contra el gremio se perpetraron en seis años. Estos crímenes tuvieron como resultado el silencio, la desconfianza mutua y la colonización del espacio mediático por los poderes constituidos y fácticos, atentando contra la libertad de expresión y el derecho a la información, fundamentales en un estado democrático. Adicionalmente, tres periodistas veracruzanos: Ignacio Carvajal, Israel Hernández y Jair Ávalos, contribuyen a pintar el cuadro de desolación y desprotección en el que han vivido los periodistas, al mostrar el lado humano de seis de las víctimas mortales.