La capacidad de los seres humanos de extender su pensamiento hacia lo más le-ano del cosmos o enfocarlo hacia lo más pequeño del mundo microbiano, o incluso subatómico, es lo que lo distingue de todos los otros seres vivientes, además de las emociones propias de nuestra especie. Cuando este amor por el conocimiento e interés por la humanidad se reúnen, surge un gran científico, como René Drucker Colín. Célebre como investigador, reconocido con premios y distinciones en su campo, René fue, también, un convencido de que la cultura científica en general debería integrar parte importante de nuestra formación como mexicanos y ciudadanos del mundo. Esta selección de su gran proyecto divulgativo, Pequeñas dosis de ciencia, es sólo una muestra de su interés por difundir el conocimiento científico entre el público en general y principalmente, .los jóvenes. Pequeñas dosis, sí, pero interesantes e incluso sorprendentes, con las cuales, a través de la radio, la publicación en libro y la difusión televisiva, René logró contagiar esta pasión por descubrir, por saber, por ampliar nuestros horizontes: la alegría del conocimiento.

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