Un hombre va a ser operado. Para serlo, debe vaciar todo resto de comida de sus intestinos, su estómago, su vida. El hombre tiene tres días para deshacerse de todo lo que comió y deshacerse de sí mismo y deshacerse. En esos tres días el hombre recorre, a través de sus comidas, su vida. Misterioso y explícito, hedonista y paranoico, celebratorio y llorón, Comí es un libro extraño: mezcla de novela, memoria, ensayo, basurero; es el relato de una caída y es una reflexión brutal, violenta sobre la comida y el lugar que ocupa en nuestras vidas, sobre los cuerpos y el lugar que ocupan; sobre la medicina y el lugar que ocupa: todos nosotros. Y es, también, con su prosa elegante y maloliente, una forma extrema de literatura del yo: una donde toda certeza es una duda, donde la verdad de la ficción puede hacer daño, donde la palabra literatura es mucho más importante que la palabra yo.

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