«Novela en dos tiempos». Así define su autor esta obra cuya publicación puede, con toda justicia, calificarse -utilizando la jerga cinematográfica tan conocida por Vicente Malina Foix- de «reposición con honores de estreno». Aparecida por vez primera en 1979, La comunión de los atletas es una novela que, partiendo del reencuentro de dos compañeros de colegio en la ciudad de su niñez (uno como acusado de la corrupción de un muchacho menor de edad; el otro, el narrador, como abogado incrédulo que sólo en función de los ribetes escandalosos del caso se hace cargo de la defensa), pasa a convertirse, hasta llegar a su enigmático y abierto desenlace, en una obra de voces y personajes ausentes que van cobrando presencia y al fin suplantan y alteran el orden narrativo y moral del justiciero protagonista, a través de cuyos ojos conocemos la peripecia. Seis años después, Molina Foix escribió Los ladrones de niños, un irónico relato de misterio que, retomando la ciudad, los ecos y dos personajes centrales de la novela precedente, anuda y desenlaza los hilos pendientes de La comunión de los atletas. En esta forma definitiva, compuesta de dos episodios, se tradujo el libro al francés y ahora aparece en castellano, constituyendo una obra nueva y sumamente estimulante que en la conjunción o conflagración de sus mitades resultará reveladora.

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