Practicar el voluntariado hace bien a la salud. La presencia de voluntarios humaniza la culture y la sociedad. El fenómeno del voluntariado abarca una infinidad de siglas, identidades, itinerarios formativos y finalidades operativos. Este representado por un sin número de hombres y mujeres, jóvenes, adultos y jubilados que regalan tiempo, proximidad y escucha a las personas que sufren. Están presentes en los hospitales, en las casas de reposo, en los centros de escucha, en las cárceles, en el ámbito de los cuidados paliativos, en las parroquias, en las ambulancias, en las peregrinaciones, junto a los discapacitados, a los enfermos psíquicos y a los ancianos. Representan un enorme depósito de humanidad y esperanza que da sonrisas, enjuga lágrimas, ofrece solidaridad, alivia la soledad y acompaña los diversos viacrucis de quienes sufren.