El incremento de la violencia en el país y los actos de corrupción en todos los niveles, han fragmentado el tejido social y deslegitimado las instituciones públicas, constituyendo un Estado fallido de derecho. El camino para cambiar ésta situación es a través de la promoción e investigación sobre la cultura de paz y de la legalidad, que incida en la creación de políticas públicas, metodologías, modelos de enseñanza, líneas de investigación y generación de conocimiento, y programas que permitan la interiorización de valores que conlleven a crear una mayor capacidad de transformación social positiva, es decir un empoderamiento pacifista. La transformación social y cultural que necesita nuestro país debe iniciar en el ámbito educativo, pilar fundamental para formación y construcción de las nuevas sociedades; es en este espacio donde proponemos la creación de planes de estudio en la educación básica, media y superior donde se incluyan la cultura de paz y cultura de la legalidad como ejes transversales, y convertir estos espacios formativos en verdaderas academias de paz.

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