Antes se hablaba del sentimiento de inferioridad; ahora se prefiere hablar de la autoestima. Pero la persona, la psicología humana, no ha cambiado, y el tema sigue siendo el mismo. Adler lo descubrió y explicó: en la raíz del ser humano hay un profundo sentimiento de deficiencia personal que lo atormenta, le hace reaccionar y le fuerza a presentar determinadas conductas para autoafirmarse. Esos comportamientos son como defensas personales. A veces son positivos (mejoran a la persona), pero a menudo son negativos y la llevan a conductas erróneas y perjudiciales. Conviene, pues, controlar esa fuerza subconsciente que hay en nosotros. El modo de hacerlo es poniendo por obra unas «compensaciones» positivas. Todo eso es lo que se muestra y comenta en las páginas de este libro.