El Derecho Administrativo en México está centralizado —se sigue centralizando—. Así que los conocimientos en la materia provienen, en mayor medida, de los esfuerzos teóricos que se realizan desde Ciudad de México. El flujo de esos saberes y conocimientos por nuestra geopolítica nacional ocurre con serios obstáculos por el entramado federal, de tal modo que estados y municipios presentan pobres desarrollos en la materia, siendo características las debilidades institucionales y normativas que hacen evidentes las asimetrías existentes. Esas diferencias también ocurren por el irreflexivo traslado de conceptos hacia la periferia, donde las necesidades e intereses sociales son diferentes y ocurre la pérdida de su puridad original, o de plano se pierden en el camino. Así, en estos espacios periféricos los desarrollos jurídicos en la materia se han estancado pues, por poner un sencillo ejemplo, ni siquiera el manido recurso por el estudio del tema organizacional público se realiza de manera correcta y actual. En estos procesos nuestra disciplina se desarticula, se pierde, particularmente en momentos en los que el interés por el orden público está arrinconado.