Un delicioso libro de narraciones que son producto de la conjunción idealista del prerrafaelismo: texto e ilustraciones nos sumergen en el mundo de belleza refinada que aquellos artistas supieron captar con sutil maestría. La llamada Hermandad Prerrafaelista, grupo de artistas y escritores que en el siglo pasado renovó el panorama artístico infles con su deseo de embellecer la vida e introducir el arte en las manifestaciones de lo cotidiano, dio entrada a toda inspiración poética basada en la fantasía y recuperó los ideales estéticos medievales y renacentistas. Este grupo de artistas de gran talento saludó a las hadas como bellas compañeras de los poetas y de los pintores, y este libro es, de un modo u otro, un producto de esa apertura a lo maravilloso que caracterizó a los prerrafaelistas. Mary de Morgan era hermana de un conocido artista perteneciente a la Hermandad y era amiga de todos aquellos grandes creadores. Mujer animada y alegre, era una extraordinaria narradora que entretenía con sus cuentos a los hijos de E. Burne-Jones y de William Morris, y también al pequeño Rudyard Kipling. Escribió varios libros de narraciones, todos muy bellos. La obra que presentamos, La Princesa Fiorimonde, tuvo el privilegio de ser ilustrado por uno de los mejores dibujantes de la época y destacado prerrafaelista, Walter Crane, que compartía con la autora las mismas ideas y la misma sensibilidad. La fama de Walter Crane se cimenta en las maravillosas ilustraciones que realizó para muchos libros, que quería que fuesen objetos bellos. Estos hermosos cuentos prerrafaelistas -traducidos y prologados por esa gran conocedora del tema que era Carmen Bravo-Villasante, recientemente desaparecida- harán las delicias de jóvenes y adultos, de todos los que amen ese mundo encantado de fantasía y belleza.