La escritura narrativa permite distintos juegos. Las situaciones que viven sus personajes revelan problemas, analizan su fisiología, exhiben determinada condición o, simplemente, atrapan al lector entre sus fascinantes y misteriosas estructuras. Narrar es un desafío complejo con caminos intrincados y finales impredecibles. El autor propone, el lector manda, la historia dispone su propio orden. La narrativa reúne posibilidades, infinitas como las insondables profundidades de la vida. Combinaciones construidas por el azar, torneadas por las circunstancias, marcadas por el tiempo, dispuestas por las veleidades y las coincidencias. La narrativa hace todo posible, aun lo que parece absurdo. Cuando creemos que los sucesos se cumplirán de acuerdo con lo planeado, algo ocurre, un giro de último momento trastorna lo posible.