En esta fascinante obra, el autor nos lleva por un laberinto simultáneamente ajeno y perteneciente de todo ser humano: el arte y a través de la música. Logramos ser testigos fieles y presénciales de hechos comunes y cotidianos de grandes creadores de la historia humana, entrando con sigilo y admiración en espacios de su intimidad, haciéndola asequible para nosotros los mortales que sólo podemos rendirnos ante su talento y creatividad divina. Elogio del Demonio nos permite afirmar y vanagloriarnos, que el ser humano se reconcilia y se dignifica consigo mismo, justo en momentos tan difíciles de la historia humana, llena de egoísmos, mezquindades, impunidad, atrocidades, pero nos da esperanzas de ignorar barreras, nacionalidades, aberraciones, porque cuando la música es sublime, infunde de m vida a quien la escucha.