La imaginación es un universo sin límites, un imponente abismo que nos invita a saltar, a conocer o reconocer lo aparentemente desconocido; es el lugar donde se transfiguran muchos de nuestros anhelos, miedos, sueños o pesadillas mediante imágenes de seres y criaturas que personifican lo que ocurre en nuestra mente. La seducción que representa entrar y dialogar con estas criaturas –muchas veces perturbadoras y siempre fantásticas– es un camino muy bien recorrido por el productor, guionista y director de cine Guillermo del Toro. Él ha ido mucho más allá de ser un simple interlocutor; se ha atrevido a dar vida a seres fuera de la realidad. Al materializar mitos, congelar visiones y retratar delirios a través de sus monstruos, Del Toro se ha convertido en un hacedor de quimeras, un auténtico doctor Frankenstein que desconoce los límites de la ficción y nos deja abiertas las puertas de su laboratorio para conocer sus más oscuras creaciones.