Probablemente nunca antes “la identidad” había sido fiel protagonista de la actualidad como en nuestros días. De igual modo ocurre con la frontera. Ya sea en forma de pregunta, de afirmación, de amenaza, de exclusión, o de desigualdad, ambos tópicos han cobrado una importancia e interés inusitados, pero merecidos; y de ahí nuestra atención e interés. Y, además, hacerlo desde la psicología. Con la intención de conocer algo más acerca de cómo las personas que habitan en torno a las fronteras y que desarrollan prácticas y experiencias en estos escenarios construyen sus yoes, no ya para recordar el pasado, ni tan siquiera para construirse en el presente de aquí y ahora; sino más bien, y sobre todo, para proyectarse y mirar hacia el futuro. Como decía Ortega y Gasset: “La vida, nuestra existencia, es ante todo proyección, mirada hacia delante”. Y la identidad tiene mucho que ver con esto porque no sólo nos habla del pasado (de dónde venimos), ni tan sólo del presente (quiénes somos), sino del futuro (quiénes queremos llegar a ser). Pero, para continuar con esta empresa en la que algunos nos hemos embarcado con verdadera pasión es necesario apoyo.