Rafael Carballo acude al filo testimonial de la poesía para explorar la idea del fiasco en su intento de conquista amorosa, pero no se instala en una visión derrotista del hecho, sino en la posibilidad de convertir el suplicio del No en una razón que corone el porvenir. La reiteración del rechazo lo lleva a explorar la melancolía y el desasosiego, mismos que explota creando estampas ambientales o paisajísticas, y aforismos donde un momento cotidiano, por lo general invisible, se redimensiona y se transforma en un golpe sensorial.

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