Heinrich Hoffmann (1885-1957) fue amigo y fotógrafo oficial de Adolf Hitler. Sus imágenes contribuyeron con la maquinaria de propaganda nazi a dar forma a la representación de un líder fuerte que sus simpatizantes aceptaron con devoción mística, incluso, hasta la destrucción. Amistad que, una vez terminada la guerra, el retratista utilizó a su favor al ser arrestado: para evitar una sentencia mayor unos cuantos años de cárcel, pactó con los vencedores y puso a disposición el colosal archivo fotográfico que produjo, lo que aporto los testimonios visuales para condenar a los líderes y colaboradores del régimen nacionalsocialista en los Juicios de Núremberg. Jaime Casillas Ugarte se propone en este libro mostrar cómo la amistad que Hoffmann y Hitler entablaron, permitió al fotógrafo documentar -desde un lugar privilegiado en el círculo íntimo de los jerarcas nazis- el nacimiento, auge y caída de una de las infamias más grandes de la historia de la humanidad, e invita al lector a revelar algunos de los mecanismos "mercadotécnicos" que sirvieron para construir a un líder político, cuyos aterradores alcances también se revelan cuando el mismo Hitler creyó ser invencible como la representación que la propaganda nazi fabricó de él.