El Diario se publicó por primera vez póstumamente, en versión resumida, en 1887, fue un éxito de ventas e inmediatamente se tradujo a varias lenguas. En América Latina la admiraron Rubén Darío, Amado Nervo, Victoria Ocampo. José Asunción Silva la recrea en su novela De sobremesa. Marina Tsvetaeva se inspira en el Diario de Marie para escribir sus Cuadernos. También la leen Katherine Mansfield, Anais Nin y Simone de Beauvoir. Teodoro Adorno la llamó “La santa patrona del fin del siglo”. En 1964 fueron encontrados en la Biblioteca los manuscritos completos del diario de Marie.

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