Sus conocimientos anatómicos debieron ser bastante profundos, pues cuando afronta la realización de un desnudo, como por ejemplo vemos en las distintas versiones de Cristo crucificado o en los torsos de los distintos sayones de sus pasos, la precisión con que son tratados músculos, venas y tendones es propia de un especialista; ahora bien, tan importante, como eso es la piel que los recubre, en cuya representación es un incuestionable maestro. Apunto de cumplirse los trescientos años del nacimiento de Francisco Salzillo Alcaraz y tras los muchos estudios que se le han ido dedicando desde el día de su muerte en 1783, este prodigioso y completo artista ha salido siempre airoso de los juicios que se le hayan podido hacer a lo largo del tiempo y de los cambios del gusto estético. Al principio del Neoclasicismo estaba ya bien impuesto en España, pero el artista fue admirado por la equilibrada contención y el delicado idealismo con que supo teñir el fuerte naturalismo de sus figuras y composiciones. Esa última cualidad le hizo luego ser admirado por románticos y realistas de mediados del siglo XIX, a la vez que se ponía en justo valor el profundo sentimiento religioso que supo imbuir a sus creaciones, que era muy capaz de conmover a los espíritus sensibles.
Detalles
- Editorial: ARCO LIBROS
- Año de edición: 2007
- Materia Escultura
- ISBN: 9788476356852
- Páginas: 248
- Encuadernación: RUSTICA