Existen cuatro fuerzas universales, sistémicas y físicas que rigen las dinámicas de todo lo que existe, orientando todo en un gran movimiento de amor desde la diversidad hacia la unidad. 1. Aceptación: asentimiento incondicional a todo tal cual es. Amar es aceptar incondicionalmente la vida que nos ha sido dada. 2. Orden: aceptar la vida concreta que tenemos en la dimensión espacio-temporal, lo cual implica aceptar que el tiempo nos ordena. A nivel individual, los elementos más antiguos tienen preferencia sobre los más jóvenes y, a nivel colectivo, los sistemas nuevos poseen más fuerza que los viejos. 3. Inclusión: desde el punto de vista de la unidad, todo lo que existe en el mundo y todos los seres tienen el mismo derecho a pertenecer. El movimiento de esta fuerza es el de la inclusión y el respeto a la diferencia. 4. Equilibrio: la compensación entre ganancias y pérdidas, es decir el equilibrio entre dar y recibir, es la fuerza que transforma las polaridades en una nueva realidad.

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