Este libro nace de un asombro: en varios lugares del planeta se roban penes mediante pérfidos hechizos. Cuando ello ocurre, las víctimas deambulan sin rumbo lamentando a voces tan sensible pérdida. Intrigado por el notable (y muy ingrato) fenómeno, Frank Bures emprendió un azaroso viaje de diez años en busca de las más extraordinarias rarezas asociadas a la cultura. El resultado es este amenísimo y sagaz catálogo de perplejidades: pacíficos ciudadanos que, sin causa aparente, son acometidos por un frenesí demoniaco; lagartos que, según los damnificados, reptan bajo la piel humana; personas convencidas de que morirán a fecha fija; terrores nocturnos, cerdos venenosos, zorros fantasmales, espectros fornicantes... La variedad de los delirios examinados por nuestro audaz periodista es abrumadora. Y también muy instructiva. Pero no pensemos que la extravagancia mental es patrimonio de mundos «primitivos» o remotos, porque la creencia en lo increíble también se filtra por las muchas grietas de la razón contemporánea. La insensatez es obstinada, el desvarío no conoce fronteras y la anomalía se incorpora a la norma. Lo vemos (e incluso lo padecemos) a diario. Frank Bures ha logrado construir una compleja, sutil y fascinante reflexión sobre las ficciones que nos definen como especie.