Aunque Gus siempre ha sido un chico optimista, tras la muerte de Kate, su media naranja, se siente perdido. El joven y su banda se marchan de gira por Europa y Estados Unidos, pero, incapaz de hacer frente a la pérdida, recurre al alcohol y a otras drogas para olvidar. En medio de este caos, conocerá a Scott, una asistente a la que contratan para que cuide de él. La joven cree que Gus es la típica estrella del rock autodestructiva y odia pasar tiempo con él. Sin embargo, poco a poco, forjarán una bonita amistad. Juntos se sobrepondrán al dolor y aprenderán que es posible amar cuando crees que lo has perdido todo.