Compartir:
Todos hemos naufragado alguna vez. La vida está llena de ilusiones y desilusiones. Y no hablo de caer al mar. Se trata de sueños, de momentos, enfermedades, desamores que, por una u otra razón, no salen como nos gustaría. Luchamos por invertir las situaciones y llegar primero a la orilla. Y después esperar un rescate. Un rescate que, sin duda, depende de nosotros. Saldrá mejor o peor, o quizá no llegue. Pero jamás debemos dejar de intentar volver algún día a casa.