En 1972 el benedictino Pellegrino Ernetti desveló que el Vaticano había financiado el Cronovisor, un proyecto científico secreto capaz de captar imágenes del pasado localizando las ondas electromagnéticas que perduran en el éter espacial después de la muerte. El Papa Pío XII presenció, entre otras secuencias, la pasión y muerte de Jesús de Nazaret. Impactado, declaró el proyecto riservatissimo y el Vaticano ter-minó incautando el invento por considerarlo muy peligroso.

Parece el argumento de una novela fantástica, pero la noticia fue real, se difundió en la prensa internacional y conmocionó a la opinión pública.

El autor del presente ensayo desvela los enigmas que esconde esta insólita historia y descubre las verdaderas intenciones de la curia vaticana.