Una de las dimensiones más relevantes de la conquista y colonización del espacio que hoy denominamos México se asocia al escenario donde se desarrollaron las acciones: la naturaleza. El impacto que la conquista produjo sobre el ambiente y el paisaje durante el siglo XVI se expone aquí en tres grandes temas: las transformaciones y continuidades experimentadas en la agricultura; la introducción de la ganadería y su vínculo con la creación de circuitos mercantiles mediante la arriería, y el establecimiento de reales de minas en el septentrión novohispano y su inuencia en las dinámicas productivas y en el cambio ambiental.