Hace diez años el mundo entero descubrió la terrible historia acerca de un millón de niños, menores de 16 años, que se hallaban esclavizados en burdeles asiáticos. Al mismo tiempo, también salió a la luz el hecho de que muchos de estos niños recibían el maltrato y sufrían el abuso sexual por parte de turistas extranjeros, en su mayoría procedentes de Estados Unidos y Europa. Fue este descubrimiento el que dio origen al nacimiento de ECPAT, en enero de 1990, como una asociación de individuos y organizaciones del mundo entero cuyo objetivo sería terminar con esta terrible práctica. En la actualidad, la misión principal de ECPAT consiste en acabar con la prostitución y el tráfico de niños. Y, en este sentido, la palabra 'acabar' es fundamental. Cuando la mayoría de la gente descubre el terrible mundo de la prostitución infantil, su primer pensamiento recae en los niños que, al fin y al cabo, son las víctimas. Su respuesta inmediata es la de crear orfanatos o centros para menores con el fin de que éstos puedan escapar de los abusos y comenzar una nueva vida. En Asia, África y Latinoamérica hay centenares de centros de menores creados para asistir a los niños que han sido o que están en peligro de comenzar a prostituirse. Muchas de estas organizaciones han sido creadas por europeos o americanos preocupados por la situación y con un gran deseo de ayudar. Algunos de los centros creados por estas personas han tenido un gran éxito y han permitido asistir a niños durante muchos años. Otros han sido creados con entusiasmo, aunque tan sólo han tenido unos meses de vida. Sin embargo, en algunos casos han sido los propios causantes de los abusos los que han constituido centros con el horrible propósito de atraer y tener un mejor y más rápido acceso a los menores.